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Si tienes una mascota, seguramente querrás protegerla de cualquier peligro que pueda afectar su salud y bienestar. Pero… ¿Sabías que existe una amenaza que puede pasar desapercibida y causar graves daños a tu compañero peludo?

Se trata de la oruga procesionaria, un insecto que puede provocar desde irritaciones hasta necrosis en las mascotas que entran en contacto con él. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta oruga, cómo reconocerla, qué riesgos implica para tu mascota y cómo prevenir y tratar sus efectos.

¿Qué es la oruga procesionaria?

La oruga procesionaria es la larva de una mariposa nocturna llamada Thaumetopoea pityocampa. Esta oruga se caracteriza por tener unos pelos urticantes que liberan una sustancia tóxica cuando se sienten amenazadas. Estos pelos pueden quedar suspendidos en el aire o adheridos a las plantas, lo que aumenta el riesgo de contacto con los animales o las personas.

La procesionaria tiene un ciclo de vida anual, que se divide en varias fases. Durante el verano, la mariposa adulta pone sus huevos en las ramas de los pinos y otras coníferas. En otoño, nacen las orugas y empiezan a alimentarse de las hojas de los árboles.

En invierno, construyen unos nidos de seda blanca en forma de bolsa, donde se refugian del frío. En primavera, salen de los nidos en forma de procesión (de ahí su nombre) y buscan un lugar donde enterrarse para convertirse en crisálidas. Al año siguiente, emergen las nuevas mariposas y el ciclo se repite.

Este insecto habita principalmente en zonas boscosas y rurales, pero también puede encontrarse en parques y jardines urbanos. Su presencia suele ser más frecuente entre los meses de enero y abril.

Riesgos para tu mascota de la oruga procesionaria

La oruga procesionaria representa un grave peligro para las mascotas, especialmente para los perros, que suelen ser más curiosos y exploradores. El contacto o la ingestión de los pelos urticantes de la oruga puede causar diversos síntomas, dependiendo de la zona afectada y la cantidad de toxina liberada.

Los síntomas más comunes son:

  • Inflamación y enrojecimiento de la boca, la lengua y los labios.
  • Dolor intenso y dificultad para tragar o respirar.
  • Salivación excesiva y vómitos.
  • Lesiones ulcerosas o necróticas en la lengua o el paladar.
  • Reacción alérgica generalizada, con shock anafiláctico en los casos más graves.

Además, si los pelos urticantes entran en contacto con los ojos, pueden provocar conjuntivitis, queratitis o incluso ceguera. Si se inhalan, pueden causar problemas respiratorios como bronquitis o asma. Y si se adhieren a la piel, pueden producir dermatitis o urticaria.

Prevención y protección

La mejor forma de proteger a tu mascota de la oruga procesionaria es evitar el contacto con ella. Para ello, te recomendamos seguir estas estrategias:

  • Evita pasear por zonas donde haya pinos u otras coníferas durante los meses de actividad de la oruga.
  • Vigila a tu mascota cuando esté al aire libre y no la pierdas de vista.
  • No permitas que se acerque ni olfatee los nidos o las procesiones de las orugas.
  • No toques ni manipules los nidos o las orugas con las manos desnudas.
  • Mantén limpio el entorno donde vive tu mascota y elimina cualquier resto de pelos urticantes que puedas encontrar.
  • Consulta con un profesional sobre la posibilidad de aplicar tratamientos preventivos contra la oruga procesionaria en tu zona.

Primeros auxilios y tratamiento contra la picadura de una oruga procesionaria

Si sospechas que tu mascota ha entrado en contacto con la oruga procesionaria, debes actuar con rapidez y seguir estos pasos:

  • Retira los pelos urticantes que puedas ver con unas pinzas o una cinta adhesiva. No frotes la zona, ya que pueden romperse más folículos y activar la toxina.
  • Lava la zona afectada con agua fría y jabón neutro, o con una solución de bicarbonato y agua.
  • Aplica hielo o compresas frías para aliviar el dolor y la inflamación.
  • Acude al veterinario lo antes posible, ya que tu mascota puede necesitar un tratamiento específico según la gravedad de los síntomas.

El tratamiento veterinario puede incluir:

  • Fluidoterapia intravenosa para evitar la deshidratación y el shock.
  • Antibióticos para prevenir o tratar las infecciones secundarias.
  • Antiinflamatorios para reducir la inflamación y el dolor.
  • Antihistamínicos o corticoides inyectables para controlar la reacción alérgica.
  • Cirugía para extirpar las zonas necróticas o afectadas por la toxina.

La recuperación de tu mascota dependerá de la rapidez con la que actúes y de la atención veterinaria que reciba. En algunos casos, puede quedar alguna secuela permanente, como la pérdida de parte de la lengua o la visión.

Ante la picadura de una oruga procesionaria dirígete rápidamente a nuestra Clínica Veterinaria Abrantes

La oruga procesionaria es una amenaza real para las mascotas, que puede causarles graves daños si no se toman las medidas adecuadas. Por eso, es importante conocerla, reconocerla y evitarla. Así mismo, es fundamental actuar con rapidez y acudir al veterinario en caso de contacto. Si necesitas información o atención veterinaria en Carabanchel (Madrid), contacta con nosotros.